DESPUÉS DEL TRAUMA:
El poder enfrentar la vida después del trauma supone una batalla continua para poder sobrellevarlo, todo esfuerzo es poco. La persona pone todo su empeño para poder lidiar con un cortejo de síntomas muy desagradables y nada llevaderos, sus esfuerzos para poder hacerle frente a los síntomas y al desarrollo de su vida cotidiana, se transforma en una tarea titánica, la cual llega sólo a una solución parcial, debido a que la persona está muy mermada en sus capacidades y habilidades. Puede “sobrevivir” llevando a cabo una táctica: evitar sentir, contactar, no recordar todo aquello que le resuene a trauma. La evitación se convierte en una patrón de comportamiento para poder afrontar el día a día, pero el trauma está omnipresente en la mente del sujeto, se presenta de formas muy sutiles como ser: en los sueños a través de pesadillas sobre el suceso ocurrido, recuerdos que abordan sorpresivamente al sujeto, o simples asociaciones que la persona hace con elementos presentes en la vida cotidiana que le recuerdan el acontecimiento traumático que experimentó.
La persona tratará con todas sus fuerzas de ocultar sus verdaderos sentimientos, ya que evita todo contacto con el material traumático, siente mucha vergüenza de mostrar su impotencia, además hay una pérdida de confianza hacia los demás, las personas se convierten en amenazas potenciales.