VOLVER A VIVIR, VOLVER A SUFRIR: la reexperimentación (2)
¿Por qué se sigue reexperimentando eso tan desagradable que se ha vivido, si ya ha pasado? Esa es la pregunta que se hace la persona que padece las consecuencias del trauma; sin poder hacer nada para evitarlo. Ello ocurre porque cuando decimos que el trauma queda grabado en el cuerpo, no es una expresión metafórica, sino que es completamente real. Para comprobarlo basta con prestar atención observando a la persona traumatizada detenidamente y con mucha paciencia, su cuerpo nos va mostrar determinadas señales a través de su postura, sus movimientos, gestos y microexpresiones, que nos indican que están teniendo lugar determinados cambios a nivel interno, manifestados mediante sensaciones corporales internas a nivel visceral y muscular que son la muestra de estar experimentando determinado tipo de emociones relacionadas con el suceso traumático vivido.
Y son precisamente esas sensaciones internas viscerales, musculares, y reacciones involuntarias, que se expresan a través de movimientos súbitos imperceptibles, estremecimientos, temblores o contracciones que quedan fuertemente grabados, como una huella imborrable, en la memoria de la persona traumatizada.
La persona debido a esta conmoción de volver a experimentar las mismas sensaciones dolorosas e impactantes, se siente totalmente impotente al no poder controlar este padecimiento.